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Foto del escritorPatrice Capa

¿Cómo preparo una sesión de fotos?

Recientemente he encontrado una carpeta de moodboards de las sesiones que he hecho -y también de otras que estoy deseando poder hacer prontito- y me apetecía compartir el proceso de una de ellas. En la entrada de hoy quiero hablaros un poco más acerca del proceso creativo que sigo, desde que surge una idea hasta el resultado final (aunque cada uno tenemos uno y me encanta aprender de muchas personas, para poder implantar nuevas cositas e ir mejorando). Normalmente intento realizar todo el proceso siempre que voy a hacer una sesión de fotos, independientemente de la temática o tipo de trabajo, y así poder obtener el mejor resultado posible.

Para hacer este post un poco más visual, quiero mostraros el proceso mediante la sesión con Claudia, titulada La chica del tren.


1.La idea.

Muchas veces las ideas para las sesiones de fotos vienen de las situaciones más insospechadas: paseando por la calle, la imagen de una persona leyendo en el metro o también inspiradas por una canción, película o un sueño. Cuando llega una idea, me gusta escribirla o dibujarla en un papel/nota del móvil, para que no se me olvide y poder desarrollarla más adelante.

Si se trata de un trabajo para una marca, las pautas o ideas vienen ya establecidas, aunque hay veces que la marca te ofrece libertad creativa, lo cual es muy interesante. Si es para una sesión de pareja, familia o individual, intentamos personalizar la sesión en base a una idea, y a partir de ahí desarrollamos la sesión de forma conjunta.


Para la sesión de La chica del tren, la inspiración llegó gracias a una maleta roja que una amiga tenía en su casa. Me imaginé quién podría ser la dueña de esa maleta y mi mente inventó una historia a raíz de aquello.

2. Moodboard.

Un moodboard -En inglés "tabla de estado de ánimo"- es, según el blog Dsigno, un panel de tendencias usado como una excelente herramienta visual en publicidad, diseño de interiores,  diseño gráfico y  moda, que ayuda a plasmar una idea. Suelen estar confeccionados de recortes, fotografías, frases inspiradoras, telas,... formando un collage. Se pueden hacer de forma manual o por ordenador.

Moodboard para la sesión "La chica del tren"

En mi caso, me gusta recopilar fotografías de revistas, internet, Instagram, Pinterest, e incluso algunas que he realizado años atrás, para crear un pequeño tablero con muchos de los aspectos que me gustaría incluir en la sesión de fotos. Por ejemplo, si la sesión que quiero realizar es de retrato basado en una idea, busco fotografías que inspiren esa idea, localizaciones que ayuden a contar la historia, el maquillaje y peinado que me gustaría que llevase la/el modelo y el atrezzo necesario. Si el trabajo es para una marca, seguramente ya tengan creados los moodboards, para que te puedas inspirar y que el resultado final sea lo más parecido posible a su idea para la campaña/marca, aunque me gusta añadir mi pequeño toque personal siempre que es posible. En el moodboard que realicé para La chica del tren, puse todas aquellas cosas que me ayudaban a materializar la historia que tenía en mi cabeza: Vestuario con gorros y vaqueros, estaciones de tren, flores, mapas y por supuesto ¡maletas!.


3. Elección de localización, modelo y atrezzo.

Personalmente, me gusta mucho utilizar la calle para realizar mis fotografías, ya que puedo jugar con un montón de texturas, colores y accesorios, que le dan un aspecto diferente a las imágenes y que difícilmente podría conseguir dentro de un estudio.

El Matadero y Mercado Municipal de Ganados​ de Madrid

También me gusta mucho utilizar luz natural, porque puedo jugar con las luces en ciertas horas del día (hora dorada y la hora azul) aunque tiene el gran inconveniente de que no se puede controlar al gusto. Me gusta mucho pasear por la ciudad y perderme por calles y rincones, lo que me ayuda a encontrar lugares en los que poder llevar a cabo sesiones de fotos. A veces, la idea de la sesión parte de la propia localización, que me ayuda a construir la historia que quiero contar.

Para la sesión que quería llevar a cabo, elegí El Matadero y Mercado Municipal de Ganados​ de Madrid, hoy en día convertido en Espacio Cultural y Junta de distrito del barrio Arganzuela.

Es un espacio donde ya he trabajado en otras ocasiones y que me atrae especialmente, por los colores anaranjados del ladrillo y los diferentes espacios con los que jugar.


El modelo para la sesión puede ser un amigo, tu perro, un familiar o modelos profesionales. Las redes sociales son un lugar ideal para conocer gente creativa con la que poder trabajar. Aquí me gustaría hace una pequeña apreciación antes de continuar. A pesar de que internet te abre un campo maravilloso para encontrar a la persona ideal con la que hacer una sesión, tengo que reconocer que muchas veces he pecado de inocente al conocer a alguien por redes sociales y acceder a realizar una sesión por colaboración para conseguir visibilidad. Al final de todo el proceso, lo único que tenía era la sensación de que la otra persona se había llevado un trabajo que me había llevado mucho tiempo fotografiar y editar, poca satisfacción con el resultado y sin rastro de la visibilidad que me prometían. A base de estas experiencias, aprendí que si alguien me contactaba para hacer una sesión, tenía que hacer valer mi trabajo con reconocimiento económico y no solo con followers.

Maleta que inspiró la sesión "La Chica del tren"

Otra cosa son las sesiones que me invento, que hago por puro placer artístico, sin que ninguna de las partes implicadas (maquilladoras, estilistas, modelos, etc), obtenga más beneficio que la otra. Para esos casos, si que me gusta contactar por redes sociales y conocer gente, aunque también disfruto mucho trabajando con amigos y familiares, ya que es un rato íntimo que paso con ellos, donde poder jugar y crear juntos. En este caso, conocí a Claudia a través de Instagram. Me parecía la persona ideal para la historia de La chica del tren, pero no me atrevía a decirle nada. Un día le escribí para proponerle la idea, aceptó (¡bieeen!) y empezamos a programar vestuario y fecha para la sesión.

Para el atrezzo, algunas veces voy a tiendas de segunda mano para encontrar algún objeto o accesorio que encaje con la idea, aunque normalmente intento utilizar cosas que tenga por casa, o se las pido a amigos/familiares, o a veces las lleva la propia persona que voy a fotografiar.


4. La sesión.

Con todas las cosas organizadas, ya sólo queda preparar el equipo y pedir al universo que, por favor, no llueva el día de la sesión. El equipo que suelo utilizar es aquel con el que me siento cómoda, con el que estoy acostumbrada a trabajar, para sólo tener que preocuparme de fotografiar. Mi objetivo favorito es el 35mm Sigma F/1.4 Art para Nikon, aunque a veces utilizo también el 24-70 F/2.8 de Tamron.


También es importante tener conexión con la persona que está delante de la cámara y transmitirle confianza y seguridad. La mayoría de las veces puede que no conozcas a tu modelo, por lo que es muy importante la comunicación durante toda la sesión, para que se relaje. Intenta averiguar en qué contextos está más cómoda, qué cosas le gustan, que cosas no, etc.

Si la persona que va a ser fotografiada se dedica a ello o tiene bastantes tablas, puede que el trabajo sea un poco más sencillo que fotografiar a gente que no está acostumbrada. Explicarle a la persona la historia/sentimiento que se quiere reflejar ayuda a que pueda transmitirlo a cámara. En sesiones de retrato, pareja o familia, lo importante es que se comporten como son ellos realmente, para que cuando vean el resultado final, se vean reflejados.

Pasárselo bien y disfrutar del proceso de creación es lo que más me gusta al hacer este tipo de sesiones. Al final te metes tanto en la historia, en los cambios de luz y en todos los puntos de vista diferentes, que la sesión va evolucionando por si sola. Creo que esto es echar piedras contra mi propio tejado, pero muchas veces no hago ni caso al moodboard que tenía preparado, o el resultado final no se parece en nada. Entonces ¿Por qué lo hago? Pues porque me ayuda a visualizar la idea, a transmitírsela a la persona que fotografío o me sirve de inspiración si tengo algún momento de bloqueo.


Durante la sesión de La chica del tren, empezamos con un vestuario más casual, parecido al de las ideas del moodboard, pero luego improvisamos con otro outfit que Claudia había traído. Para meter en la maleta, usamos objetos que aportamos las dos, que ayudaban a completar un poquito más la historia: gafas, libros, ropa, etc.

Tuvimos la suerte de presenciar un atardecer precioso, con unos colores anaranjados que no pudimos dejar pasar. El inconveniente de la luz natural es que no la puedes controlar, pero también puede regalarte escenarios tan bonitos como estos.

Muchas veces, al acabar el trabajo, siento que conozco un poquito mejor a la persona que fotografío. En las sesiones de pareja, me siento afortunada de presenciar momentos tan íntimos y con tanto cariño. Me vuelvo a mi casa feliz y con un chute de energía y unas ganas de continuar haciendo esto toda mi vida. Creo que hacer sesiones en las que te sientes a gusto y cómodo son necesarias cada cierto tiempo, ya que te puedes permitir ser libre y crear lo que te salga de dentro.


Finalmente, sólo queda seleccionar las imágenes y procesarlas. Tengo que reconocer que lo que más pereza me da es editar las imágenes, aunque cuando me pongo a ello y les doy un pequeño toque en edición, se me pasan las horas volando. A continuación os dejo algunas imágenes de la sesión, aunque podéis ver más aquí.


Espero que os haya gustado este post y hayáis podido conocerme un poco más a través de mi forma de trabajar. ¿Qué más cosas os gustaría saber? ¡Cualquier idea es bien recibida! Podemos seguir charlando por alguna de mis dos cuentas de Instagram @cosasporllegar y @loecoporllegar.

¡Os espero!



Muchas gracias por concederme este ratito.

¡Nos vemos!

Patrice :)

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