¡Hola! Soy Ana, y en este espacio que mi querida Patri me ha ofrecido os voy a compartir mi amor por la comida, a través de recetas vegetarianas y veganas muy sencillas.
Me hace mucha ilusión hablar de mi experiencia por si puede serle útil a aquellas que, como yo, deciden en algún momento dar el paso hacia una alimentación vegetariana, puesto que para mí ha sido una de las decisiones más emocionantes que he tomado en los últimos años. ¿Y por qué? Porque me siento feliz, bien alimentada y me reconforta pensar que, de alguna manera, no estoy contribuyendo a la explotación y al maltrato animal, además de estar haciendo del planeta un lugar más sostenible.
Mi interés por la cocina viene de hace bastante, pero dar el salto al vegetarianismo fue hace dos años, cuando empecé a interesarme por el cambio climático, el ecologismo y el movimiento zero waste.
Después de muchos documentales, libros y blogs ya no he vuelto a ser la misma. Necesitaba poder ser coherente con toda la nueva información que tenía y dar un cambio a mi estilo de vida. No os voy a mentir, no ha sido un camino fácil, ya que no sólo tienes que gestionar los desastres culinarios de las primeras recetas, en la que solo comes comida desestructurada, no tienes ni idea de que hacer para que el tofu no sepa a papel mojado -Os prometo que os daré la solución a esto- e ir a comer a un restaurante se convierte en deporte de riesgo, también tienes que soportar mucha presión social y comentarios desafortunados, juzgando cosas por las que antes no tenías porqué dar explicaciones. ¿Mi consejo? Priorizar tu salud mental, dar explicaciones cuando a ti te apetezca, disfrutar el proceso y tener claro porque estás haciendo este cambio, ser flexible contigo mismo y leer e informarte todo lo que puedas.
A través de estas recetas me gustaría enseñaros nuevos sabores y nuevas formas de cocinar, además de contaros mis trucos para evitar el desperdicio de alimentos, e intentar dentro de lo posible comprar de temporada, local y con el menor plástico posible.
Hoy os traigo una de esas recetas que son como un abrazo calentito, un BIZCOCHO DE PLÁTANO CON TROZOS DE CHOCOLATE -banana bread para las modernas-, totalmente vegano y donde os prometo que el orgasmo gastronómico está garantizado. Es una de mis recetas más socorridas, porque está hecha con ingredientes que todas tenemos por casa y, además, ¿Quién no acaba todas las semanas con un par de plátanos pochos rondando por la cocina?
¿ QUÉ VAS A NECESITAR?
- 180 ml de Aceite de oliva
- 250 ml de Leche de Avena (Puedes usar la leche vegetal que más te guste).
-150 gr de Azúcar (Aunque también vale la de coco, panela, azúcar morena… la cosa es aprovechar lo que tengamos por casa).
- 375 gr de Harina de trigo (También vale integral o de espelta, porque funcionan igual).
- 4 Plátanos muy muy maduros (el menos maduro úsalo para decorar).
- 1 cucharadita de Bicarbonato.
- Zumo de 1 limón.
-1 Tableta de Chocolate 85% (aunque puedes poner el que más te guste).
- 1 pizca de Sal.
- 1 cucharadita de Canela.
*Spoiler para futuras recetas*: Los plátanos pochos son lo mejor que te puede pasar, porque solo se convierten en cosas riquísimas, como bizcochos, tortitas o batidos, además, contra más estropeados más dulce queda todo, ❤️ de verdad VIVA EL ZERO WASTE.
PROCEDIMIENTO
Lo primero que haremos será encender el horno a 180º arriba y abajo, para que se vaya precalentando mientras preparamos el bizcocho, y engrasaremos con margarina o aceite el molde que vayamos a usar.
1. En un bol grande vamos a tamizar la harina, añadiremos la levadura, la canela, la sal y el azúcar.
2. En otro recipiente vamos a machacar los 3 plátanos con un tenedor, hasta tener una especie de puré, intentando que sea lo más homogéneo posible. A continuación, incorporaremos la leche, el aceite, y el zumo de limón y removeremos hasta integrarlo todo.
3. Mezclaremos poco a poco los ingredientes secos con los húmedos hasta obtener una mezcla lo más homogénea posible (queda una masa bastante espesa, no os asustéis). Por último, vamos a picar en trozos pequeños el chocolate, e incorporarlo a la masa mezclando bien.
4. Repartiremos la masa en el molde. Os aconsejo tener una lengua de gato para esto y así aprovechar hasta el último gramo de mezcla y evitar desperdiciar nada. Antes de meter en el horno cortaremos el plátano que nos queda por la mitad y lo colocaremos encima, aquí podemos ser todo lo creativos que queramos.
5. Metemos el bizcocho en el horno durante una hora, a 180º, vigilando que no se tueste mucho por la parte superior -en caso de que veas que está muy tostado, pero crudo por dentro, te recomiendo que le pongas un trozo de papel de plata por encima-. El bizcocho estará listo cuando al pincharlo por el centro con un cuchillo éste salga totalmente limpio. Hay que tener en cuenta que cada horno es un mundo, por lo que yo te aconsejo que estés pendiente, recordando que es mejor no abrir el horno hasta que haya pasado media hora, o no subirá la masa.
6. Cuando consideres que está perfecto, lo sacas y lo dejas enfriar un poco, y ya puedes hacerte un café y disfrutarlo. Así es como quedó y según los que pudieron catarlo...¡Estaba muy jugoso y sabroso! El chocolate le da un toque genial *-*
Espero que os haya gustado este primer post de la sección y os animéis a hacer esta receta. Es muy sencilla y un acierto seguro para eventos o tardes en las que te apetece un dulcecito.
Si tenéis alguna sugerencia, o queréis proponer alguna receta para la sección, podéis hacerlo mediante el apartado de Contacto. Me encantaría que este espacio pudiera ayudar a conocer mejor la dieta vegetariana/vegana, que a muchas personas les anime reducir el consumo de carne, a introducir productos nuevos en su dieta o a animar a las personas indecisas a dar el paso. ¡Nos vemos dentro de muy poquito!
Un saludo :D
Ana.
Escrito por: Ana de Mariano, Fotografías: Patrice Capa